Resiliencia

Es algo común que en las diferentes etapas de nuestra vida nos encontremos con situaciones que nos ponen a prueba o eventos que nos llevan al límite. En esas circunstancias, sobreponernos y salir más fuertes es lo que llamamos Resiliencia.

Resiliencia según la RAE es la “capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas” y es un término que se está escuchando cada vez más, sobretodo en este contexto de Pandemia por COVID-19. Sin embargo, las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades, sino que van más allá y aprovechan esas circunstancias para crecer y fortalecerse.

Para ser resiliente no es necesario haber nacido con un gen especial ni mucho menos; todos podemos desarrollarla a lo largo de nuestra vida, siempre y cuando estemos dispuestos a cambiar algunos hábitos y creencias para enfrentarnos a los desafíos que se nos presenten.

¿Qué caracteriza a las personas que practican la Resiliencia?

  1. Autoconocimiento y Autoestima; son conscientes de sus fortalezas y limitaciones y, a la vez, confían en sus capacidades.
  2. Son creativas, para poder sacar lo bueno de todo.
  3. Ven las dificultades como una oportunidad de aprender.
  4. Son conscientes y objetivas sobre el presente, pero siempre miran todo desde un enfoque optimista.
  5. Saben cultivar sus amistades, rodeándose de personas positivas.
  6. Buscan controlar sus emociones y no las situaciones.
  7. Son flexibles a los cambios, toleran la incertidumbre y son perseverantes con sus propósitos.
  8. Buscan apoyo social y la ayuda de quienes los rodean.

Recomendaciones y técnicas para potenciar tu propia resiliencia:

  • Creé de manera positiva en tus habilidades: Recordate habitualmente cuáles son tus fortalezas y logros. Confiá sobre tu propia habilidad de responder y manejar crisis.
  • Encontrá un sentido y propósito a tu vida: el hecho de enfrentarnos a una tragedia nos hace buscar y encontrar un sentido a nuestra existencia, lo que nos ayudará en nuestra recuperación.
  • Desarrollá una sólida red social: Tener personas capaces de dar afecto y soporte es un factor de protección en tiempos de crisis. Es importante el tener personas en las que uno pueda confiar.
  • Decile que sí al cambio: Aprendiendo a ser más adaptables, estaremos mejor equipados a la hora de responder a una crisis vital.
  • Cultivá de manera activa tu optimismo: Pensar en positivo no implica ignorar el problema, sino que nos motiva a comprender que los obstáculos son transitorios.
  • Cuidate y Acompañate: Estando estresados es fácil que no nos cuidemos tanto y dejemos de lado nuestras propias necesidades. Organizate y sacá tiempo para hacer actividades que te gusten.
  • Desarrollá tus habilidades de solución de problemas: Cuando te enfrentes a un nuevo reto hacé una lista con las soluciones potenciales al mismo. Experimentá con diferentes estrategias y así estarás mejor preparado para encarar aquellos retos futuros más difíciles.
  • Proponete metas: Cuando te estés abrumado por una situación determinada, centrate en afrontar cada cosa a su momento, de lo más urgente a lo más importante.
  • Da pasos para solucionar el problema: En vez de esperar a que la crisis pase sola, comenzá a trabajar en resolver ese asunto de manera inmediata. Centrate en los progresos que ya hayas hecho y planificá los pasos siguientes.

 

 

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